
El ser humano quiere vivir con dignidad. Lamentablemente, por ambiciones personales de algunos gobernantes, la dignidad de las personas se pisotea. Este es el caso de Venezuela, país en donde el tirano Nicolás Maduro, ahora expulsado por la OEA, viene oprimiendo a todo un pueblo porque cuenta con el apoyo de los militares. En Venezuela estamos frente a una situación ideológica creada por conveniencia para continuar saqueando los recursos naturales de la nación que posee la mayor cantidad de reservas de petróleo del planeta.
El atropello a la dignidad de toda una nación no sólo se está dando en Venezuela. Todos los días somos testigos de la triste realidad de nuestro planeta. Continúan las guerras y el deterioro del ambiente. Por citar sólo un ejemplo, la realidad sobre la deforestación es impresionante, según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés) los bosques están desapareciendo a un ritmo equivalente a 27 campos de fútbol por minuto.
Frente a esta situación tan preocupante como vergonzosa, no nos queda otra alternativa que generar un diálogo intercontinental cómo lo propone la Teoría de la Unión de los 5 Continentes (TU5C). La especie humana que quiere vivir dignamente ha empezado a sentir una grave frustración. Seamos claros, los atropellos a la vida en paz y al cuidado del ambiente, no los generamos los cerca de 8 mil millones de personas que habitamos el planeta tierra, los generan un pequeño número de gobernantes.
Urge que en la ONU se forme una mesa redonda en la que participen las mentes más brillantes del planeta para poner orden y estabilidad basándose en los 7 pilares fundamentales de la TU5C: la persona, la familia, la alimentación, la salud, la vivienda, la educación y el trabajo. Necesitamos la formación de un gobierno intercontinental que trabaje por estos siete pilares a nivel de todo el planeta. Es un tema difícil pero no imposible. Las atrocidades que la especie humana viene cometiendo por más de 500 mil generaciones –como las guerras- nos lleva a la conclusión de que lo único que nos queda es unirnos.
La frustración es la respuesta emocional común que experimentamos cuando tenemos un deseo, una necesidad, un impulso y no logramos satisfacerlo. La aspiración natural del ser humano es la vida en paz. Si bien es cierto, el error es parte de nuestra naturaleza humana, el mérito está en llegar como sociedades a acuerdos en consenso aún con nuestras diferencias culturales. Debemos empezar a trabajar una educación para la paz. La frustración no debe seguir. La paz del planeta tierra se logrará con un trabajo arduo. El empresario y visionario Henry Ford decía: “Reunirse es un comienzo, mantenerse unidos es un progreso, trabajar juntos es el éxito”. Trabajemos juntos por la Unión de los 5 Continentes.