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Inicio esta breve nota, manifestando que aún no leo la obra “Medio siglo con Borjes” escrita recientemente por Mario Vargas Llosa. El presente comentario se basa en la entrevista que le hiciera el destacado periodista Raúl Tola a nuestro laureado escritor, y que ha sido publicada recientemente en el diario “El Comercio” de Lima.

Cuando un punto de vista se enuncia con sutil intención. Cuando en el afán de querer mostrar facetas humanas de determinado personaje, se llega más bien a revelar hechos intrascendentes que en nada contribuyen a homenajear el recuerdo que el mundo tiene de él, se cae en la falta de respeto –quizá involuntaria- hacia quienes han marcado con sus genialidades, el mundo para siempre. Modestamente, es lo que se percibe en nuestro Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, cuando se refiere en recientes comentarios a quien, sin haber obtenido el Premio Nobel de Literatura, lo superó largamente: Jorge Luis Borges.

El error forma parte de la naturaleza humana. La perfección humana no existe. Somos buenos desarrollando alguna actividad, pero hacemos mal otras. Mario Vargas Llosa nos enorgullece ante el mundo entero a todos los peruanos, por su capacidad para escribir. Pero esto no lo exime de tener defectos o limitaciones. Es muy probable que no pueda ser tan genial como cuando escribe, cuando desarrolla una que otra actividad cotidiana. Sería de muy mal gusto que una vez que nuestro gran escritor ya no esté entre nosotros, alguien escriba en algún medio importante, sobre detalles de su vida nada halagadores, que son tan humanos como intrascendentes, y que en nada refuerzan su imagen ante el mundo.

Ante la afirmación de Mario Vargas Llosa sobre Borges “Él no vivió demasiado” cabe hacer la siguiente pregunta: ¿Qué es vivir demasiado? ¿Es vivir con intensidad una gran cantidad de años? Este es un concepto inconmensurable. Más adelante dice “su visión de la vida era bastante limitada, por el tiempo extraordinario que dedicaba a leer, a meditar, a pensar, a crear” ¿Acaso no es vivir el leer, meditar, pensar y crear? ¿Quién está en capacidad de definir lo que es una vida limitada? Sobre todo, refiriéndose a Jorge Luis Borjes, quien según el mismo Mario Vargas Llosa considera que “es el escritor más importante de nuestra lengua”.

Es una contradicción nada elegante, señalar que uno de los más grandes genios de la literatura mundial, tuvo una vida limitada. Continúa su desatinado comentario señalando “porque es la impresión que él daba, al ser una persona muy impráctica, muy vulnerable ante la vida, hasta una avanzada edad, su madre resolvía sus problemas prácticos”. Lo práctico o lo impráctico de una forma de vivir tampoco está definido. Aquí caben las siguientes preguntas: ¿Fue práctica la incursión de Mario Vargas Llosa en política al frente del FREDEMO en 1990? ¿Fue práctico ser socialista en sus años de juventud? Nadie es totalmente práctico ni totalmente impráctico en la vida. Los seres humanos somos circunstancialmente prácticos para unas cosas, e imprácticos para otras. Por otro lado, Borjes quedó ciego a la edad de 50 años, cuando su madre tenía 70, pese a

su edad, es natural que haya ayudado a su hijo a resolver gran parte de sus problemas cotidianos, convirtiéndose así en el báculo de su vida, en el Premio Nóbel que no recibió.
Planteo este comentario con el mayor respeto hacia nuestro Premio Nóbel de Literatura quien, públicamente ha demostrado su admiración por Jorge Luis Borges, no obstante, considero que debe tener mayor cautela al manifestar situaciones anecdóticas que en nada contribuyen al reconocimiento de una de las grandes mentes que ha tenido la humanidad: Jorge Luis Borges.

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