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La falta de alimentación es uno de los problemas más grandes que aqueja al planeta tierra. Una de los factores que origina este problema es la mala distribución de la riqueza.

Según la ONU las 300 personas más ricas del planeta tienen una riqueza equivalente, a la que juntarían los 3000 millones de personas más pobres. El 1% de la población tiene el 43% de la riqueza mientras que, el 80% de las personas más pobres tiene sólo el 6% de la riqueza. 

La mala distribución de la riqueza tiene a su vez su origen en el egoísmo, más que entre personas, entre gobernantes. Este es un mal que no hemos podido desterrar a través de las más de 5000 generaciones que nos anteceden. La generación actual, con todas las diferencias que presenta, tiene un origen común en nuestros ancestros primitivos, de los cuales tenemos su ADN. Somos el legado de un origen común pues todos venimos de un solo núcleo. Es por este motivo que la Teoría de la Unión de los 5 Continentes (TU5C) considera que es legítima la integración intercontinental, para resolver los grandes problemas de la humanidad.  Inicialmente fuimos un solo continente. La dinámica geológica del planeta tierra, nos ha dividido en 5 continentes, pero nuestro origen es uno sólo. La TU5C plantea que la solución a los grandes problemas del planeta tierra, se den mediante la unión de los 5 continentes en base a 7 pilares: la persona, la familia, la vivienda, la salud, la educación, el trabajo y la alimentación. 

Aun con la tremenda desigualdad que existe, es posible empezar a considerar a toda la humanidad como una sola gran nación. El planeta tierra está actualmente, en una situación de lo más horrible. Debemos fomentar una reestructuración social, filosófica, económica y científica, en la que los más de siete mil millones de personas nos veamos como una sola raza, conformando una sola gran familia unida y protegida. La unión es la única manera de enfrentarnos a los grandes problemas como las pandemias y las hambrunas. En la edad media, la peste negra mató a casi la mitad de la población europea. La viruela, en 100 años ha matado a más de 500 millones de personas y así, podríamos enumerar a muchas otras enfermedades. La humanidad nunca se va a liberar de estos males. No sabemos en qué momento aparecerán.  Tenemos que estar unidos para enfrentar exitosamente los futuros acontecimientos que son trascendentales para nuestro desarrollo. La ciencia y la tecnología están cambiando como nunca antes. Lamentablemente, este vertiginoso cambio no siempre se da para fines buenos. También se da por fines totalmente condenables como el desarrollo de armas nucleares para las guerras, entre otras aberraciones.

Volviendo al problema de la alimentación, la TU5C plantea que todos los gobiernos instalen comedores populares en todos los países, independientemente de si son países pobres o ricos. El problema del hambre está en todas partes. Mediante la coordinación y dirección de la ONU se debe impulsar un programa social de auxilio y protección alimentaria. Para hacer funcionar estos comedores, inicialmente se debe apelar al asistencialismo económico, situación que no debe durar mucho tiempo porque los asistencialismos económicos jamás han generado desarrollo sostenible.  Los comedores populares deben tener un estudio financiero que paulatinamente haga que su mantenimiento deje de ser una carga para la comunidad internacional. Al crearse comedores populares no solo darán alimentos a la gente más necesitada. Al mismo tiempo, surgirán millones de puestos de trabajo, producto de su construcción, implementación y funcionamiento en más de 200 países. 

En el informe denominado “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2019”, elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), se indica que “más de 820 millones de personas en el mundo siguen padeciendo hambre y que la subalimentación afecta al 20% de la población de África, al 11% de la población de Asia y al 7% de América Latina y el Caribe”. Los gobernantes tienen suficientes recursos económicos para construir e implementar comedores populares. En lugar de comprar armamento y manejar mal las riquezas de los países, debieran institucionalizar los programas de auxilio y protección alimentaria a nivel intercontinental, con la finalidad de velar por la alimentación de niños, ancianos y gente desvalida. Hagamos del planeta tierra una sola gran nación, una sola gran familia, con un solo programa de gobierno intercontinental, para tratar los grandes problemas de la humanidad.

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